Quisiera ser, un niño que olvidó crecer.

Qué rápido pasa el tiempo, ¿verdad? Hace relativamente poco, hablaba con Javi sobre las cosas que hacíamos cuando éramos niños. Y es bueno hablar de estas cosas, porque si no se recuerdan constantemente, se olvidan. Y yo pregunto: “¿merece la pena olvidarse de los recuerdos simplemente por no recordarlos de vez en cuando?”.

Recuerdo que cuando era pequeño, me costaba un montón ganarme cien pesetas (veinte duros). Cuando los conseguía, iba directamente a gastármelo en un helado (un twister blanco y negro mmMm :D_), y en invierno... me compraba cromos de la liga de fútbol (un sobre de cinco cromos = cinco duros). Siempre lo hacía a escondidas, ya que mi padre no le gustaba que me gastase dinero en eso, pero yo era feliz pegando las pegatinas al álbum. Recuerdo también que iba a bahía azul y jugaba al fútbol con mis amigos (era uno de los mejores jiji).

Muchas risas, mucha inocencia... Nunca olvidaré momentos como cuando mi madre me llevaba al cine a mi hermana y a mí a ver películas como el rey león, o cuando mi pantalón del chándal tenía un agujero... y mi madre le ponía un parche.

Aquellas navidades en familia... aquellos reyes magos que con ilusión y alegría siempre se desenvolvían los regalos... Ha habido muchos momentos inolvidables... muchas cosas buenas y otras no tan buenas, (sí, sí... de pequeño siempre tenía el pelo corto como shin chan, ¡ahora que mis padres no se quejen si lo tengo largo!).

La etapa del colegio es algo que no me gusta recordar... más bien por que odio el colegio (¿y quién no lo odia?) xDD.
Espero que vosotros también recordéis cosas de vuestra infancia. ¿Un consejo? Recordad siempre las cosas buenas, para mantener siempre una sonrisa de oreja a oreja.